Nueva semana deportiva, con
un par de días de entrenamiento entre semana antes de las actividades de finde.
Este lo he aprovechado con la salida del sábado del grupo de “Los Rebecos” por la sierra madrileña.
El sábado quedamos en
Cercedilla, en la carretera de Las Dehesas, casi no podemos entrar por la nieve
pero al final pudimos dejar los coches en el aparcamiento de arriba.
Antonio, nuestro guía
habitual, Elo, César y Noelia, Diego y Giselle, Pilar, Luisfer y yo, nueve que
salimos con bastante frío poco antes de las 10, aunque el día estaba bastante
despejado, rumbo a la Peña del Águila, situada a una cota de poco más de 2000
m.
Una vez allí tocó bajar lo
más rápido posible porque el frío era insoportable arriba. El tramo hasta el
collado de Marichiva tenía bastante nieve y se metía de vez en cuando las
piernas casi hasta las rodillas.
Desde Marichiva la pista
nos llevó hasta el puerto de la Fuenfría, y desde allí la continuamos para
llegar a los miradores, primero de V. Aleixandre y después de Rosales. Es sobre
todo en estos últimos tramos donde había zonas resbaladizas por hielo, que se
podían cruzar con cuidado, por suerte no tuvimos que usar los crampones, que
todos o casi todos llevábamos. Desde el mirador ya bajamos directamente hasta
el coche. En total salieron unos 18 km. en casi 4 horas. Tras cambiarnos
despachamos unas buenas cervecitas.
Para el domingo deseché
finalmente las dos leguas de la Chopera y me apunté a este cross que se disputa
cerca de mi casa, en el parque de las Cruces, más que un cross es un trail pero
desarrollado por pistas y senderos sin apenas desnivel y prácticamente llanos.
Desde
los Salesianos de Carabanchel el cross son dos vueltas a un circuito por el
parque para completar 5100 m. A las 10, hora de la carrera para los chicos, la
temperatura era muy baja y hacía mucho frío, además caía agua-nieve, salí del
coche con camiseta y manguitos, pero como me pelaba de frío me puse el
chubasquero. Allí estaban Rafael, Belén y el Juli, Noelia B. no corría. Hice la
carrera a ritmo muy tranquilo disfrutando con el Juli, que está volviendo a
correr, y la única pega fue que se me olvidaron los guantes y las manos las
tenía heladas. Al final acabamos en 35’, diría que entre los 3 o 4 últimos.
Como no había ropero (único
pero a la carrera) salí pitando para el coche y a casa a ducharme para no
quedarme frío.
A eso se le llama ser todoterreno, del monte a un cross
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