MEDIO MARATÓN SUBIDA AL CAMORRO 2015

Vamos a recuperar la actividad del blog de montaña, en la medida que comienzo la temporada montañera. Tras el medio ultra de Gredos a mediados de octubre pasado casi todo ha sido asfalto, exceptuando algún cross, lo único parecido a la montaña ha sido Pedrezuela, más parecido a un trail.

El comienzo elegido ha sido esta media maratón de subida al Camorro, un monte de 1142 m. situado junto a Castañar de Ibor, en la provincia de Cáceres, se desarrolla en el geoparque Villuerca-Ibores-Jara. Junto con el cross alpino de Cebreros será la preparación que lleve al duro maratón de montaña de Cuenca.

Salida temprana de Madrid junto a Mapi, y llegada a Castañar de Ibor en torno a las 9. El pueblo es más o menos pequeño, con el centro en alto, aparco a menos de 100 m. de la plaza principal del pueblo, punto de salida y meta de la carrera. Recojo el dorsal, sin ningún tipo de apretura puesto que apenas vamos a ser 100 corredores. En la misma plaza un par de bares para poder tomar un café.

Al poco rato aparece Juan, recién llegado de Béjar, que pese a estar cerca del límite con la provincia de Cáceres está lejos de esta zona.
Poco antes del comienzo vemos Belén y Claudio, con los que no suelo coincidir muy a menudo, ya han hecho esta carrera antes.

CON CLAUDIO, BELÉN y JUAN

A las 10 comienza la carrera, espléndida temperatura, día despejado, y por delante 20,8 km. con un desnivel acumulado de 1800 m. Juan va a hacer la carrera a mi lado. Estoy un poco nervioso porque con mi escaso entrenamiento montañero no sé que tal se me dará. En mi cabeza rondan las 3 horas.

Se sale del pueblo hacia abajo, un buen tramo que permite calentar bien las piernas para lo que viene después.

SALIDA DE CARRERA

En breve se coge una pista que ya comienza a subir poco a poco, vamos girando hacia la izquierda en dirección al Camorro. Tras pasar el primer avituallamiento poco antes del km. 5 (agua y acuarius) comenzamos la subida fuerte. Se hace por el cortafuegos, la pendiente es fuerte y la cuesta no es precisamente corta, no obstante como llevamos pocos kms se hace más o menos bien, eso sí, hincando las manos en las piernas y doblando los riñones. Sobre el km. 6 llegamos al punto más alto junto a la cima, toca bajar. Desde ahí se divisa la sierra de Gredos con sus cumbres nevadas.

Comienza el descenso, un primer tramo es más técnico y de buena pendiente, hay que ir con cuidado de no tropezar con las piedras, también hay algo de vegetación. Después la pendiente disminuye aunque se sigue bajando, tramos ya menos técnicos salvo algunos, señalados como tramos peligrosos.

En el km. 9 está el 2º avituallamiento, que además tiene fruta, es una zona bonita a cuyo lado están los Castaños Centenarios de Calabazas.

Se continúa por un pequeño desfiladero por el que también hay que ir con algo de cuidado, y ya después vienen pistas por zonas de olivares, son zonas rápidas y Juan y yo cogemos un buen ritmo.

Pasamos el tercer avituallamiento y en el km. 16 llega la 2ª subida, menos fuerte y menos larga que la 1ª, ya estamos algo más cansados, la subida es más técnica pero como vamos andando no hay mayor problema. Se gira a la izquierda y se corona el collado de los Piloncillos pasado el km. 17, allí está el 4º avituallamiento.

Ya queda bajar un poco y otra pequeña subida antes de llegar a Castañar de Ibor, y callejear un poco antes de llegar a meta, tiempo de 2h37'26", mejor de lo esperado, también las sensaciones fueron bastante buenas.

LLEGADA A META

Un placer volver a correr una carrera de montaña junto a Juan, como hace unos años, repetiremos más este año.

UN PODIO PARA NOSOTROS

PARA QUE GANAR, SI NO ME GUSTA EL QUESO

Después ya nos tomamos unas cervecitas junto a Belén, Claudio y un amigo suyo, y después la paella que ofrecía la organización. Gracias a Belén y Claudio por darnos sus tickets, y enhorabuena a ella por su 2º puesto.

CON MAPI TRAS LA CARRERA

PAELLITA RICA PARA REPONER

Tras la carrera, Mapi y yo nos acercamos hasta Trujillo a dar una vuelta por ese bonito pueblo, que dicho sea de paso, también tiene unas buenas cuestas.